A veces el hombre es como un baile, se repite una y otra vez. Un paso adelante, un paso atrás, mucho baile pero no se va a ningún lado. Las relaciones pueden ser asi, sin fin. Para un lado, para el otro, y siempre se vuelve al mismo punto. Los hombres son previsibles y repetitivos; y el amor es endeble, un poco de baile y todo se desarma.